Las obras de teatro
Por lo que respecta a la tradición occidental, el teatro y el desarrollo del arte dramático hunde sus raíces en la antigua Grecia, donde surgió como una de¬puración de los ritos y ceremoniales llevados a cabo en honor al dios Dioniso (dios del vino, de la fertilidad, del desenfreno), celebraciones musicales del siglo VI a.C. producidas en la región del Ática, en el centro de Grecia. Posiblemente existieron en un principio grupos de coros que cantaban y bailaban en honor de Dioniso; los actores habrían surgido de ciertos coreutas que abandonaran momentáneamente el coro para recitar algunos pasajes. Las piezas de los actores solían represantarse en ático y las del coro en dórico. Luego los cantos se diversificarían: unos tomarían temas del canto a las desgracias y otros, de lo referido a la alegría y la burla, dando lugar a los tres géneros fundamentales serán la tragedia, la comedia y el drama satírico.
Tragedia: En cuanto al contenido tiene que ver normalmente con el planteamiento de una situación problemática vivida por alguno de los héroes del mito (símbolos de los grandes problemas del hombre, como el amor, la libertad, el destino...), unido a la nobleza del argumento y a una cierta solemnidad de la acción, que suelen estar vinculados bien al ciclo de lo sucedido en Troya o lo que acaeció en Tebas. Otro núcleo temático suele ser el del castigo de la desmesura o la insolencia (Þbrij) del hombre que pretende igualar o superar a los dioses, y el valor ejemplarizante de dicha medida. Desde antiguo subyace, pues, en el teatro una función educadora y liberadora (catártica) sobre el espectador. Rara vez, en cambio, tiene el argumento que ver con la religión, si se exceptúa el singular caso de la obra de Eurípides Las bacantes.
Desde el punto de vista de la forma, una tragedia griega consta de una parte recitada, es decir, los diálogos que mantienen los actores en trímetro yámbico (È-È- es un yambo) y de una parte cantada normalmente por el coro, de más alto nivel poético y en un lenguaje más elevado. Estas partes corales se conocen también con el nombre de pasajes líricos, y se estructuran basándose en una correspondencia de estrofa y antístrofa. A diferencia de lo que sucede en el recitado, en los coros el poeta utiliza una notable diversidad de ritmos, artísticamente dispuestos, aunque los aspectos métricos del refinamiento de los pasajes líricos resultan imposibles de percibir en una traducción.
Estructura
— Prólogo: habitualmente una tragedia se abre con un prÕlogoj, donde se anuncian los precedentes del argumento de la pieza que se va a leer o ver.
— Párodos: a continuación suele aparecer la p§rodoj, que es el momento en que entra el coro, bailando y cantando, hasta ocupar su provisional espacio en la Ôrc¿stra. Los coros estaban formados por doce o quince miembros.
— Episodios: acto seguido vuelven a intervenir los actores (dialogando, utilizando la forma de recitado) para hacer avanzar progresivamente la acción del drama. Son los llamados peisÕdia. Se ha de recordar que en época clásica el número máximo de actores que podían intervenir en la escena era de tres, y siempre varones y ciudadanos atenienses, denominados ‘protagonista’, ‘deuteragonista’ y ‘tritagonista’. Naturalmente podían representar caracteres femeninos y algunos de ellos se veían obligados a desempeñar el papel de más de un personaje.
— Estásimos: a su vez entre los diversos episodios se iban intercalando nuevas intervenciones del coro, cantando y bailando in situ, sobre sus propios pasos. Estas actuaciones corales reciben el nombre de st§simoi y presentan nuevamente las secuencias de estrofa más antístrofa, a las que ocasionalmente se les suma un estribillo o epodo. Permite a los actores cambiar su caracterización.
— Éxodo: así se plantea, se desarrolla y se resuelve la acción dramática, hasta que ya finalmente el coro empieza a abandonar la Ôrc¿stra, salida solemne que ejecuta también cantando y bailando. Es la parte denominada ™xodoj. Esta estructura aquí elementalmente expuesta puede complicarse con otras subunidades más específicas, esticomitías, antilabaí, amebeos, etc.
En cuanto a otros aspectos materiales y más concretos de los concursos trágicos hay que señalar que los certámenes tenían lugar durante la celebración de las fiestas religiosas llamadas Grandes Dionisias Urbanas, en el mes lafhboliën [marzo-abril], cuando el rigor del invierno había pasado y la calma volvía a los mares. La sesión de teatro era larga, una jornada completa, pues incluía la representación de tres tragedias seguidas de un drama satírico, pieza ésta de contenido mucho más liviano y alegre. El decorado era sin duda austero, la utilización de efectos especiales muy escasa, reducida a una elemental tramoya o grúa y artefactos (mhcan¿ y kkuklžma). De hecho no puede hablarse de teatros estables ni de construcciones de piedra hasta bien pasada la época clásica. Grandes autores como Esquilo, Sófocles, y aun el propio Eurípides debieron de ver representadas sus inmortales obras sobre tinglados y escenarios móviles. Sólo a partir de la época helenística se empezaron a construir los impresionantes teatros que se pueden hoy día contemplar (en la Acrópolis, en Epidauro, etc.).
Comedia: La otra modalidad dramática. Al igual que la tragedia, también fue una manifestación artística vinculada a la vida de Atenas, de la polis, en especial con ocasión de las fiestas llamadas Leneas [L¿naia], en el mes de gamhliÕn [enero-febrero]. Cada año se presentaban cinco comedias a concurso, excepto en ocasiones especiales. El autor de tragedias no solía escribir comedias, ni viceversa.
El argumento suele ser por definición antiheroico, la consecución de un objetivo en el que se combinan por igual fantasía y realidad, ironía y socarronería. Se practica la crítica de las instituciones, de los tribunales de justicia, del sistema educativo, del belicismo; se traen a escena la lucha de sexos, las utopías sociales; se hace uso de una mayor libertad de expresión, sin restricciones ni tabúes. Los personajes son arquetipos de una clase social, reflejo de la vida real, aunque pueden aparecer también dioses y héroes. El problema que se plantea es solucionado por el “héroe cómico” por medios fantásticos. Su objetivo es suscitar la risa. El poeta hace gala de una riqueza de lengua sorprendente; a veces recurre a las más poéticas metáforas, mientras que otras no tiene el menor empacho en descender al lenguaje más fuertemente escatológico de su malhablada musa. Es la famosa parresía que a tantos censores iba a escandalizar en siglos venideros.
Estructura
Su estructura es similar, aunque con alguna innovación, a la de la tragedia: incorpora un ¦gën o debate en el que dos adversarios defienden puntos de vista contrarios. El argumento perdedor es el que suele iniciar el debate. Otra novedad de la comedia es la parábasis; en ella los personajes abandonan el escenario y el corifeo o jefe de coro interpela al público sobre cuestiones de rabiosa actualidad; se introduce entonces un motivo ajeno al desarrollo de la obra que se está representando; la parábasis se cierra con un pnŽgoj o sistema de dímetros recitados a gran velocidad. Las máscaras grotescas del coro son más importantes que en la tragedia, aunque no la función del coro. En resumen:
—prólogo
—párodo
—episodios
—agón
—parábasis
—éxodo
Drama satírico: Género híbrido entre la comedia y la tragedia, que en las representaciones oficiales organizados en concurso debía acompañar la trilogía trágica presentada por cada poeta; al lado del héroe aparecen personajes tradicionales: Sileno, sátiros y bacantes, animando escenas bufas y groseras, herencia del ditirambo original. El cíclope de Eurípides es el único drama satírico completo que ha llegado hasta la actualidad.
En el Ática se dieron la mayor parte de las representaciones. El período de máximo esplendor del teatro se desarrolla entre los siglos V-IV a.C., coincidiendo con el mayor esplendor político de Atenas.
El origen del teatro es incierto. La tragedia podría derivar de un canto en honor de Dioniso, el ditirambo, y de los cantos fálicos, que se entonaban en las procesiones en honor de Dioniso; en ellas se portaba una representación simbólica del falo, símbolo de la fecundidad. La etimología de ‘tragedia’ es tragJdˆa, que a su vez procede de tr§goj (macho cabrío) y õd¿ (canto); por lo tanto, originariamente la tragedia era el “canto del macho cabrío”, pues el coro iba cantando los versos del ditirambo disfrazados de tr§goi.
La comedia procede de kwmJdˆa, aunque el origen de esta plabra es también impreciso. Aristóteles, en su Poética, defiende que se deriva del kñmoj (fiesta con cantos y danzas por las calles) y de õd¿; otra teoría sostiene, sin embargo, que su origen es el kümoj, un canto religioso en el que intervenían los tragJdoˆ: en este caso la comedia provendría de la tragedia.
El CORO es un elemento fundamental en las representaciones teatrales griegas. Hace comentarios sobre lo que se está desarrollando en el escenario de una forma más o menos lírica. Se situaba en la ÔrcHEStra. Los miembros del coro eran llamados coreutas, y su “portavoz” era el corifeo, quien entableba diálogos con los protagonistas. Con el paso del tiempo, el coro fue perdiendo importancia, y llegó a ser un mero “intermedio musical” durante el cual los actores cambiaban su caracterización.
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